sábado, 31 de mayo de 2008

Nad

Nad.
Un chico de 16 años, piensa que acaba de pasar la pubertad , o en esa pubertad que todos pensamos que es, ahora, satisfecho de su meta, está dispuesto a vivir como un loco.
No le falta nada.
Tiene dinero y libertad. ¿ Qué más necesita ?

Una noche decide salir de fiesta por su barrio. Entre la cantidad de locales legales e ilegales, escoge uno sin pensarlo dos veces y entra.
Su amigo le imita.
Allá el ambiente es perfecto. Humo que irrita tus ojos hasta dejarlos rojos de cansancio, música que recorre todo tu oído y te facilita la sordera antes de que te jubiles, drogas moviéndose de aquí hacia allá, bebidas alcohólicas de ésas que te gustan tanto porque sí,... Pero sobretodo mujeres.
Mujeres medio desnudas o desnudas del todo . Pecho, nalgas y órganos expuestos... Todos van igual.

Pues entre esa multitud de futuras figuras del porno, Nad empieza a bailar.
No es lo suyo, pero ¿ a quién le importa ?
Empieza a notar unas miradas a su espalda... Se gira y ve a una mujer que no está nada mal.
Pero lo primero es sobrevivir, se sienta en la barra y pide un cóctel.
Esa chica lo imita, se sienta a su lado.
Empiezan a tener una conversación y se facilitan edades, chorradas del día...
La chica se levanta y pregunta a Nad si le acompaña a los servicios.
No es necesario decir que éste asintió sin pensarlo.
Una vez ahí, la chica empieza su trabajo.
Nad, como es de esperar, se deja llevar.
Entre las metidas de lengua e intercambio de saliva, Nad empieza a ponerse rígido...
Pero se acabó las estupideces, vayamos al grano.
La chica se quita la falda y luego el tanga...
Nad le imita, aunque en su caso se quita los bóxers...
Ella se sube encima al acto.
Él piensa: Es mi turno.
La posición no era cómoda, la pared de los servicios era donde se apoyaban. No podían exhalar libremente...
Aún así, el movimiento ascendiente y descendiente no es escasa.
El preservativo daba confianza a Nad.

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Nad se despierta tumbado sobre el suelo pegajoso de ese local.
Intenta ponerse de pie, pero sólo consiguió apoyarse en la pared.
Los dolores de cabeza y el mal aliento indicaban que tiene una buena resaca.
Dolores de espalda, de piernas,...
Entonces pensó: ¿ Qué coño he hecho ?

Pero él ya sabía que ésa fue su primera vez.
No le molestaría repetirlo.
Aunque a lo mejor la próxima intentará preguntar por el nombre de la chica antes de acompañarla a los servicios.